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Chineo: una violación anunciada
Violaciones a niñas wichis. Una práctica aberrante que se instauró con la superioridad española y la cual perdura aún en provincias del norte de nuestro país.
Violaciones a niñas wichis. Una práctica aberrante que se instauró con la superioridad española y la cual perdura aún en provincias del norte de nuestro país.
Las Mujeres Indígenas por el Buen Vivir 'intentan' proteger a niñas, niños y adolescentes del "chineo", violaciones sistemáticas propiciadas por hombres adultos con poder. (La palabra surge de "chinitas" apodo con el que los españoles llamaban a las mujeres indígenas por sus ojos rasgados). #BastaDeChineo es el hashtag que circula por redes sociales y con el cual se busca concientizar a la sociedad sobre estos aberrantes hechos que han naturalizado los abusos y feminicidios de niñas menores de edad.
Desde la época colonial, las comunidades indígenas "celebran" el momento en que una niña se convierte en mujer cuando tiene su primer periodo. Los españoles, se enteraban de la nueva llegada de mujeres y las violaban para luego convertirse en sus patrones. Si bien hablamos de hechos ocurridos hace más de 200 años, hoy en pleno siglo XXI el chineo sigue ocurriendo en los montes de Salta y Chaco, y en otras provincias argentinas. Para los 'criollos' los hechos son nada más ni nada menos que un rito de iniciación sexual, donde engañan a las niñas para ganarse su confianza y así cometer el delito de forma individual o en grupo, muchas de las víctimas no denuncian por no ser hispanoparlantes, por el miedo que implica ir a la policía y exponerse nuevamente a hombres blancos, criollos, que en ocasiones son amigos de sus abusadores y no reciben las denuncias.
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Los hombres adultos, planean el ataque en lugares solitarios, generalmente en cerros o montes donde sienten que todo les pertenece, inclusive, los cuerpos de niñas y mujeres, quienes han naturalizado por años los abusos por parte de personas “superiores”. La culpa y el miedo hace que este abuso que se esconde en una práctica cultural y ancestral se normalice entre sus víctimas y abusadores, las mujeres y niñas no tuvieron noción de que el chineo también ocurría en otros puntos del país hasta el año 2019 cuando las Mujeres Indígenas por el Buen Vivir realizaron una ocupación pacífica del Ministerio del Interior, allí Juana Antieco, mujer mapuche perteneciente MMIBV, en una entrevista con el medio Feminacida, contó:
“Ahí nos enteramos bien de cómo era el manejo de este delito. Está muy lejos de ser algo cultural porque no nació de los pueblos indígenas. Llegó con la colonización, con la instauración de la superioridad que cree tener la cultura occidental”.
La voz de las mujeres wichis se hizo oír en 2019 cuando un tribunal de la provincia de Salta condenó a 17 años de cárcel a seis hombres por el abuso sexual en grupo de una niña de 12 años. Ese fallo fue histórico y reparador para las mujeres indígenas, ese fue el primer paso para la visibilización del chineo.
Dos años después, la historia se repite, en marzo de 2022, Pamela de 12 años, y Florencia, una adolescente de 14, fueron asesinadas. Sus cuerpos, fueron hallados al lado de dos carreteras de la provincia de Salta, ambas presentaban signos de violencia sexual, sus feminicidios marcaron un antes y un después en la comunidad, las mujeres wichis hartas de ver morir a sus hijas, hermanas o amigas, rompieron el silencio; casi una treintena se animó a denunciar que también habían sido violadas.
Si bien se marcan los últimos tres casos como trascendentes en nuestro país, el movimiento de "Mujeres Indígenas Por el Buen Vivir" desde el año 2013 recorre las comunidades para brindar su apoyo a las víctimas y con el objetivo de “hacer visible lo que se pretende invisibilizar: nuestras cuerpas-territorio, nuestras cosmovisiones, nuestras identidades y nuestros derechos como mujeres y diversidades indígenas”. Actualmente son quienes llevan adelante la campaña Basta de Chineo y exigen que este sea tipificado como crimen de odio y violencia sexual hacia mujeres y niñas de los pueblos originarios.
La colonización y la superioridad son lo dos términos por los cuales se ha naturalizado la violación. Durante años se escondió y se calló el dolor de cientos de victimas y familias emergidas en la pobreza extrema quienes creían que denunciar era su fin: ser expulsados de sus tierras o perder sus puestos de trabajo en las fincas. El chineo es ancestral y aún ocurre en nuestro país, las mujeres indígenas se unieron para denunciar y visibilizar lo que ocurre, para desnaturalizar el abuso sexual cometido a menores y dejar de romantizarlo en una práctica española de iniciación sexual. Es un abuso que fue disfrazado por años, ahora las mujeres de las comunidades buscan la "Abolición al chineo" piden por sus derechos y por demostrar que ser una feminidad indigena es igual a ser una mujer blanca.
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