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Vinos biodinámicos: el detrás de escena de una tendencia en alza
Unas 20 bodegas argentinas ya utilizan este método que combina la producción orgánica con una filosofía holística en base a los ciclos de la luna y abonos especiales de vegetales y minerales.
Unas 20 bodegas argentinas ya utilizan este método que combina la producción orgánica con una filosofía holística en base a los ciclos de la luna y abonos especiales de vegetales y minerales.
Después de la cosecha, cuando los días se acortan y se caen las hojas de la viña, la planta avisa que su savia desciende hacia la raíz. Es parte del proceso que la hará transcurrir con vida el invierno, un tiempo de reposo. “En ese momento, para nosotros se inicia un ciclo, con la poda de la planta, que luego incidirá en su vigor y desarrollo”, explica Gabriel Bloise, enólogo de la Bodega Chakana. Hasta aquí la descripción podría coincidir con la de cualquier otro viñedo de Mendoza, pero la mirada es diferente para quienes trabajan en esta bodega donde se aplican los principios de la agricultura orgánica y biodinámica. “Con el método tradicional, la poda se realiza de una misma manera en todo el viñedo. Pero en nuestro caso, si observás la planta y su ubicación, quizás tengas que hacer otro tipo de trabajo. No hay una sola manera de hacer la poda, sino una adecuada para cada viña”. Bloise recuerda que cuando los asesoró el especialista y pionero en vinos biodinámicos Alan York (de los Estados Unidos, fallecido en 2014), éste se preocupaba por hacerles entender que si la viña tenía un problema, para encontrar una solución había que observar el conjunto. “Este señor nos paraba frente a una planta y nos preguntaba cómo la habíamos podado, para terminar explicándonos por qué necesitaba otro tipo de trabajo. Así aprendimos que esta práctica puede variar de acuerdo a la composición del suelo y al viñedo en su contexto”. York les habló de la filosofía holística, que entiende a la realidad como una unidad, al hombre en relación a su entorno, al medio ambiente en interacción constante, a la naturaleza en la búsqueda de su propio equilibrio. En la producción biodinámica, el manejo de las vides tiene en cuenta la preservación de la biología del suelo y un desarrollo balanceado de la planta. Sintéticamente, los vinos orgánicos son los que se producen sin pesticidas ni fertilizantes, en un ecosistema natural y medioambiente cuidado. Por su parte, los biodinámicos son aquellos generados teniendo en cuenta las teorías de Rudolf Steiner, creador de la antroposofía —la cual comparte principios con la producción orgánica—, además de incorporar los ciclos lunares en el cultivo, así como los preparados especiales de vegetales y minerales. Después de la cosecha, cuando los días se acortan y se caen las hojas de la viña, la planta avisa que su savia desciende hacia la raíz. Es parte del proceso que la hará transcurrir con vida el invierno, un tiempo de reposo. “En ese momento, para nosotros se inicia un ciclo, con la poda de la planta, que luego incidirá en su vigor y desarrollo”, explica Gabriel Bloise, enólogo de la Bodega Chakana. Hasta aquí la descripción podría coincidir con la de cualquier otro viñedo de Mendoza, pero la mirada es diferente para quienes trabajan en esta bodega donde se aplican los principios de la agricultura orgánica y biodinámica. “Con el método tradicional, la poda se realiza de una misma manera en todo el viñedo. Pero en nuestro caso, si observás la planta y su ubicación, quizás tengas que hacer otro tipo de trabajo. No hay una sola manera de hacer la poda, sino una adecuada para cada viña”. Bloise recuerda que cuando los asesoró el especialista y pionero en vinos biodinámicos Alan York (de los Estados Unidos, fallecido en 2014), éste se preocupaba por hacerles entender que si la viña tenía un problema, para encontrar una solución había que observar el conjunto. “Este señor nos paraba frente a una planta y nos preguntaba cómo la habíamos podado, para terminar explicándonos por qué necesitaba otro tipo de trabajo. Así aprendimos que esta práctica puede variar de acuerdo a la composición del suelo y al viñedo en su contexto”. York les habló de la filosofía holística, que entiende a la realidad como una unidad, al hombre en relación a su entorno, al medio ambiente en interacción constante, a la naturaleza en la búsqueda de su propio equilibrio. En la producción biodinámica, el manejo de las vides tiene en cuenta la preservación de la biología del suelo y un desarrollo balanceado de la planta. Sintéticamente, los vinos orgánicos son los que se producen sin pesticidas ni fertilizantes, en un ecosistema natural y medioambiente cuidado. Por su parte, los biodinámicos son aquellos generados teniendo en cuenta las teorías de Rudolf Steiner, creador de la antroposofía —la cual comparte principios con la producción orgánica—, además de incorporar los ciclos lunares en el cultivo, así como los preparados especiales de vegetales y minerales.