Espectáculos
Joan Manuel Serrat dice adiós a su carrera de cantante con una gran gira
El anuncio sorprendió a sus seguidores y despertó emociones, pero también tristeza
El anuncio sorprendió a sus seguidores y despertó emociones, pero también tristeza
Por Susana Ceballos para Infobae
El catalán anunció su retiro de los escenarios. Lo hará con una extensa gira que comenzará el 27 de abril en el Beacon Theatre de Nueva York y finalizará el 23 de diciembre en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
Hay personas a las que no conocemos, con las que jamás intercambiamos una palabra ni siquiera una mirada y sin embargo están más presentes en nuestra vida que algunos familiares, amigos o conocidos. Nos acompañan sin saber que nos acompañan, seres a los que recurrimos en momentos de bajón, pero también de alegría, que sentimos y elegimos para que formen parte de nuestro camino sin que ellos se enteren. En ese grupo están los artistas. Que levante la mano el lector que pueda refutar si una tarde de bajón no se transformó en otra de alegría luego de ver una buena película. Desafío al lector a desmentir si un libro no lo transportó a otro mundo mejor que este. Propongo al lector que recuerde las veces que una canción musicalizó y mejoró un momento especial. Y en este último grupo, en el de cantantes y canciones que nos acompañan, al menos en mi vida y en la de cientos está Joan Manuel Serrat.
El catalán anunció su retiro de los escenarios y algo parecido a la tristeza se adueñó de los que amamos sus canciones. Es cierto Serrat, en sus recitales nunca fue un showman. Al contrario, apenas un taburete y una luz lo acompañaban. Su voz tampoco es la de Pavarotti, pero canta y lo que canta nos conmueve, identifica, abraza o cualquier verbo con el que lector quiera completar la oración. Serrat es de esos seres bendecidos por la vida -o angelados como le dicen ahora- que tiene el raro don de convertir lo cotidiano en poesía, lo efímero en verso y quedarse en nuestra memoria en forma de canción.
Conocí la música de Serrat en aquel tiempo maravilloso que recordamos como la “primavera alfonsinista”. Llegué a su mundo tarde, para esa época él ya era un cantautor con varias vidas vividas. De hecho, que me guste su música podríamos decir que es un “desfasaje” cronológico; las que se enamoraban de él no eran las chicas de los 80 sino las de fines de los 60 cuando en estas pampas lograba más suspiros que el mismo Mike Jagger.
Se sabe que Serrat nació en 1943, en Pueblo Seco un barrio barcelonés, que su padre era anarquista y su madre, ama de casa. Que mientras de adolescente estudiaba para tornero fresador, tocaba la guitarra. Se sabe que en 1964 se presentó en Radio Barcelona e interpretó unas canciones, ese día se llevó aplausos y a los meses un contrato. Que en 1968 lo eligieron para ser el representante español en el Festival Eurovisión y en vez de cantar un tema cómodo prefirió incomodar con La la la, canción que identificaba a los jóvenes rebeldes y encima dijo que la interpretaría en catalán. No lo dejaron cantar, pero no dejó de cantar y sacó ese discazo “Dedicado a Antonio Machado” donde una de sus poesías se transformó en himno. ¿Quién alguna vez no tarareó el “Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar”? Invito al lector ya no a leer sino a cantar.Serrat es el artista que sabe que los amigos son los hermanos que se eligen. El hombre que afirma que “Casi todos mis amigos son un poco locos” ostentaba entre los suyos a Fontanarrosa, Quino, Guinzburg y tanto genio. Por eso, por ellos sintetizó en un verso la esencia de la amistad “gente cumplidora, que acuden cuando saben que yo espero”.Serrat es el artista que no cantó para un nicho sino para todos. Por eso hoy hay una generación de millenials que lo conoce porque sus padres los despertaban con la chocolatada y las vainillas en la mesa y Serrat en el tocadiscos. Como le pasaba a Lali Espósito por eso cuando cantaron juntos, la joven con millones de seguidores y que desde nena trajina escenarios sintió que “me temblaba todo”.Serrat es el poeta que en un verso sintetizó esos momentos maravillosos que de vez en cuando nos regala la vida cuando “toma conmigo café y está tan bonita que da gusto verla”. Esos cuando te sorprende y por un rato te olvidás de la inflación, la grieta, la violencia, de que ya se termina el año y simplemente te sentís “feliz como un niño cuando sale de la escuela”.Pero para los que no entendemos de música, pero amamos la música, Serrat es el artista que musicalizó muchos momentos de nuestra vida. Es el hombre que se despide de los escenarios, al que ya no podremos ver en vivo ni fantasear que cuando sonreía nos sonreía. Por lo que anunció solo nos queda una última oportunidad para verlo. Seguramente al cerrar el espectáculo cantará, como siempre, “Se acabó, el sol nos dice que llegó el final” y le gritaremos, como siempre, un “Noooooo”. Esta vez no será un grito sino un ruego. Sabemos que no se va, pero sentimos que nos abandona. Con Serrat se despide un poco de nuestra vida y no, no es una tragedia solo son “aquellas pequeñas cosas que nos hacen que lloremos cuando nadie nos ve”.