Entrevistas
"No queremos un Estado que regule los cuerpos de las personas prostituidas", afirmó Collantes
La prostitución, eje de un debate que agrieta al feminismo.
La prostitución, eje de un debate que agrieta al feminismo.
La periodista tucumana y autora del libro, Nuestros cuerpos no se reglamentan, estudió y trabajó cama adentro desde los 14 años. Es una sobreviviente del proxenetismo de los años 90, madre de una hija, que “lucha para concientizar a una sociedad que creía que la trata, la explotación y la prostitución, eran un tema de putas”, y aboga por la abolición de la prostitución.
Graciela Collantes fue una exintegrante de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), que nació a fines de 1994, con el objetivo que el Estado garantice los derechos humanos y laborales de las trabajadoras sexuales mayores de edad, que ejercen su labor por consentimiento propio y de manera autónoma.
Es ahí, cuando abandonó AMMAR y fundó la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMADH), que trabaja por la implementación de políticas públicas para asistir a personas en situación de vulnerabilidad, vinculada a la prostitución, explotación sexual y/o violencia de género.
— ¿Cuándo comenzó su lucha?
— Un día me planté en una esquina y me pregunté ¿Qué hago aquí? No quería estar más. Antes lo hacía por obligación y porque no tenía quien me sacara, quería un Estado que me ayude. Ahí empecé a tocar puertas y a juntarme con otras personas que pensaban igual que yo. Fue una gran liberación. Todas las palizas que recibí por rebeldía y los cortes que tengo en mi cuerpo, los trasladé hacia la lucha.
— ¿Por qué dejó AMMAR?
— AMMAR se creó para sacarnos de encima a los policías y proxenetas. Cuando se empieza a poner muy fuerte la propuesta de la CTA (Central de Trabajadores Argentinos), que en Argentina se reconociera a la prostitución como un trabajo más, dijimos que no.
— ¿Por qué se opone a la reglamentación de la prostitución?
—Porque no va a mejorar la vida de las víctimas, sería peor o igual que antes. Nosotras no cuestionamos la actividad, queremos programas de educación y formación laboral, y no un Estado que regule los cuerpos de las personas prostituidas. No puede ser que por falta de oportunidades las mujeres se vean obligadas a recurrir a la prostitución.
— ¿Se puede salir del sistema prostituyente?
—Es muy difícil la salida, más cuando hay un Estado ausente. Cuando pude zafar me quede dentro de la prostitución por mucho tiempo, porque el sistema prostituyente naturaliza prácticas de violencia. Cuando comes todos los días, cuando podes comprarle un tarro de leche a tu hija, cuando podes comprarle pañales, no te importa de dónde sale la plata.
La abolición y la reglamentación, son dos sistemas que se contraponen en la resolución de un problema social, la prostitución, que aún no encuentra respuesta, solo una grieta, que sirvió como punto de partida para despertar una lucha en pro de otorgar derechos a todas las personas desatendidas por el Estado nacional argentino.
Las denuncias por el presunto delito de trata de personas pueden realizarse todos los días durante las 24 horas, de manera anónima y gratuita, a través de la línea 145 o los correos electrónicos de las fiscalías federales de la ciudad: fisfed1-mdp@mpf.gov.ar o fisfed2-mdp@mpf.gov.ar.