Curiosidades
El impactante camino que lleva a un pueblo argentino que compite por ser el mejor del mundo
Esta ruta de acceso está ubicada en la zona de Cuyo y se destaca por ser zigzagueante.
Esta ruta de acceso está ubicada en la zona de Cuyo y se destaca por ser zigzagueante.
En la región de Cuyo hay un pueblo argentino que está compitiendo por ser uno de los mejores del mundo en el marco del concurso que está llevando adelante la Organización Mundial del Turismo (OMT) y que se destaca por tener una impactante, divertida y zigzagueante ruta de acceso entre las montañas.
Se trata de La Carolina, un pequeño pueblo que está enclavado en las Sierras de San Luis, al pie del cerro Tomolosta y a 83 kilómetros de la capital provincial. Tiene 251 habitantes y la principal actividad es la minería “artesanal”, teniendo en cuenta que no existen explotaciones mineras a gran escala.
Tiene lindos atractivos turísticos para visitar como la Mina de Oro La Carolina, la Gruta Inti Huasi, la Pérgola de las Flores y una réplica del Cabildo histórico de 1810. La ruta de acceso a este pueblo se denomina Cuesta de la Carolina y es una de las rutas escénicas más lindas que tiene la Argentina.
Cómo es la Cuesta de la Carolina en San Luis
Esta ruta es famosa por su belleza natural y las impresionantes vistas panorámicas que ofrece a los viajeros. Se encuentra en la región de las Sierras de las Quijadas, que es conocida por su paisaje montañoso y su belleza escénica.
La Cuesta de la Carolina es parte de la Ruta Nacional 147, que conecta las ciudades de San Luis y San Juan. Este camino serpentea a través de las montañas, ofreciendo a los conductores una experiencia única en medio de paisajes montañosos, cañones y formaciones rocosas impresionantes.
El nombre "Cuesta de la Carolina" proviene de una historia popular que cuenta que una mujer llamada Carolina vivía en la zona y cuidaba el camino en el siglo XIX. Hoy en día, esta ruta es un destino popular para turistas y amantes de la naturaleza que desean explorar la belleza natural de la región.
Escrito por Juan Pablo Estévez para NA