Curiosidades
Doomscrolling: el comportamiento compulsivo que se agudizó durante la pandemia
Según los expertos, revisar el teléfono durante horas en busca de información negativa se podría asimilar a una adicción
Según los expertos, revisar el teléfono durante horas en busca de información negativa se podría asimilar a una adicción
El doomscrolling ya no se lo considera como un simple mal hábito.
En un estudio publicado en la revista Technology, Mind, and Behavior de la Asociación Estadounidense de Psicología, investigadores de la Universidad de Florida (UF) determinaron que se trata de un comportamiento que se produce cuando los usuarios de las redes sociales, que quieren estar actualizados con las últimas noticias, empiezan a desplazarse en sus pantallas, de forma compulsiva, en búsqueda de información negativa.
Bhakti Sharma, Susanna S. Lee, y Benjamin K. Johnson, autores del trabajo, desarrollaron una escala de 15 ítems para medir el doomscrolling, que puede ser útil en futuras investigaciones, como estudios sobre el uso de los medios durante las crisis, las respuestas a la información negativa y los efectos de las redes sociales.
Para llevar a cabo la investigación, formaron cuatro grupos de diez estudiantes universitarios cada uno, en los que el 70% eran mujeres, y analizaron sus experiencias con las redes sociales, las noticias negativas y el doomscrolling.
Aunque la mayoría de los participantes inicialmente afirmaron que no habían realizado doomscrolling y que no habían escuchado el término con anterioridad, muchos de ellos reconocieron haberlo hecho al inicio del aislamiento y atribuyeron su uso excesivo de las redes sociales a la mayor disponibilidad de tiempo libre durante la cuarentena.
Según los investigadores, en situaciones de emergencia (como lo es una pandemia) son muchas las fuentes que generan información sobre el tema, en su mayoría, negativa.
Además, los celulares y redes sociales están diseñados para alentar la navegación prolongada y contribuyen a esta necesidad de mantenerse informado.
“La pandemia es un gran trauma para la humanidad y promueve la necesidad de ver ese daño, por precaución pero más que nada por la atracción del fenómeno y su proyección. Puede que la pandemia haya sido el detonante de esta atracción que ya existía anteriormente”, explica a LA NACION Gabriela Goldstein, psicoanalista y presidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
Del mismo modo, Enrique M. Novelli, psicoanalista y miembro titular de APA entiende que “la pandemia intensificó la idea de un exterior peligroso del cual hay que cuidarse y eso llevó a un encierro, real y concreto por una parte y simbólico por la otra”.
Y que este último “impidió que el sujeto se preguntara qué lo estaba afectando realmente”.
Novelli, que también es miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA) y de la Federación Psicoanalítica de América Latina (FEPAL), explica que “esta atracción por las noticias negativas se relaciona con una disposición psíquica que lleva al sujeto a percibir al mundo y al entorno que lo rodea de modo pesimista, y al mismo tiempo con sensaciones de temor y angustia que le hace percibir un mundo sombrío, peligroso e incierto”.
El “síndrome FOMO” (Fear of Missing Out, miedo a perderse algo) es un trastorno que se detectó en los adolescentes en la primera fase de expansión de las redes sociales.
Los investigadores de la Universidad de Florida concluyeron en el estudio que el doomscrolling se asemeja a la vigilancia online, el uso problemático de internet, las redes sociales y el miedo el miedo a perderse algo.
“Si entendemos el doomscrolling como un intento de encontrar respuestas a lo incomprensible en el sujeto, se puede entender como una defensa frente a las sensaciones inquietantes que genera lo desconocido. Si esto se relaciona con el temor a perderse algo, indudablemente estarán vinculados en el sentimiento de pérdida”, dice Novelli.