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Hoy es Santa Cecilia Patrona de Nuestra Ciudad

Publicado el dia 22/11/2019 a las 22h20min
celebraciones en diferentes lugares de Mar del Plata

Un pasado fuera de serie, un presente pujante y un porvenir abierto a las más nobles perspectivas, dan carácter singular a la fisonomía de Mar del Plata, que ha sabido recoger del avance de los tiempos modernos lo que fuerza sus potencias naturales, sin desfigurar su propia personalidad.

Don Patricio Peralta Ramos, fundador de Mar del Plata, que en el año 1860 adquirió de don José Coelho de Meyrelles tres estancias denominadas LAGUNA DE LOS PADRES, SAN JULIAN DE VIVORATA y ARMONIA, con un total de 136.422 hectáreas, en las que se hallaba comprendida la extensión destinada a la fundación de nuestra ciudad, dispuso la erección de una Capilla en la parte superior de la primitivamente denominada “Sierra de la Chacra”. Ese templo, inaugurado en 1873 fue puesto bajo la advocación de la Virgen y Mártir SANTA CECILIA, por llamarse Cecilia la esposa de don Patricio Peralta Ramos.

La construcción estuvo a cargo de Don Francisco Beltrami, posiblemente el primer profesional del ramo que actuó entonces, quien también levató en 1890 la Casa Municipal, durante la administración del primer Intendente del Partido, don Fortunato de la Plaza.

Este templo fue verdadera “piedra fundamental” de Mar del Plata, como sostuvo con todo acierto Monseñor Dr. Juan Martín Zabala en ocasión de celebrarse las Bodas de Oro del Instituto Santa Cecilia, establecimiento educacional de verdadera gravitación en la cultura marplatense a cargo de las Hermanas de Nuestra Señora del Huerto, anexo a la Capilla fundadora.

No puede ponerse en duda que ese templo presidió el proceso de crecimiento de Mar del Plata, pues el Agrimensor don Carlos de Chapeaurouge que trazó los planos del pueblo, fijó el rumbo de las calles partiendo de frente a esa capilla, la construcción más importante del pueblo naciente.

En su presentación al Gobernador de la provincia don Mariano Acosta de fecha 14 de noviembre de 1873, el fundador de la ciudad don Patricio Peralta Ramos decía: “Este punto llamado a tan grande desenvolvimiento, es ya un pueblo: hay en él un gran Saladero, cuyo costo primario fue de cuatro millones de pesos monedo corriente; hay un muelle de fierro que costó 30.000 duros; hay un molino de agua que puede elaborar harina suficiente para las necesidades de la localidad; HAY UNA IGLESIA DE PIEDRA Y CAL CON TODO CUANTO ES REQUERIDO, QUE PUEDE CONTENER 400 PERSONAS, ERIGIDA RECIENTEMENTE EN PARROQUIA PROVISORIA Y ESTA ALLI EL SACERDOTE QUE DEBE REGENTEARLA”.

Hoy Mar del Plata se ha incorporado de lleno al ritmo de los tiempos sin renegar de lo antiguo. Por eso, mientras como una voz que nos llega desde el remoto pasado de nuestros abuelos la Cúpula de Santa Cecilia nos habla el viejo idioma con la lengua de bronce de su campana y en ese mismo idioma nos llama al recogimiento su toque de oración, el tránsito ruidoso de la avenida Luro, de la calle San Martín y otras cercanas arterias atruena el espacio con el estrépito nervioso de su vida moderna, mientras asciende, en el aire ligero hasta la proximidad de las nubes, el atrevimiento de los rascacielos.

Sobre la vida de Santa Cecilia

Una tradición muy antigua dice que Cecilia pertenecía a una de las principales familias de Roma, que acostumbraba vestir una túnica de tela muy áspera y que había consagrado a Dios su virginidad.

Sus padres la comprometieron en matrimonio con un joven llamado Valeriano, pero Cecilia le dijo a éste que ella había hecho voto de virginidad y que si él quería ver al ángel de Dios debía hacerse cristiano. Valeriano se hizo instruir por el Papa Urbano y fue bautizado. Luego entre Cecilia y Valeriano convencieron a Tiburcio, el hermano de éste, y lograron que también se hiciera cristiano. Las historias antiguas dicen que Cecilia veía a su ángel de la guarda.

El alcalde de Roma, Almaquio, había prohibido sepultar los cadáveres de los cristianos. Pero Valeriano y Tiburcio se dedicaron a sepultar todos los cadáveres de cristianos que encontraban. Por eso fueron arrestados. Llevados ante el alcalde, éste les pidió que declararan que adoraban a Júpiter. Ellos le dijeron que únicamente adoraban al verdadero Dios del cielo y a su Hijo Jesucristo. Entonces fueron ferozmente azotados y luego les dieron muerte.

Enseguida la policía arrestó a Cecilia y le exigió que renunciara a la religión de Cristo. Ella declaró que prefería la muerte antes que renegar de la verdadera religión. Entonces fue llevada junto a un horno caliente para tratar de sofocarle con los terribles gases que salían de allí, pero en vez de asfixiarse ella cantaba gozosa – por eso la han nombrado patrona de los músicos-. Visto que con este martirio no podían acabar con ella, Almaquio mandó que le cortaran la cabeza. La santa, antes de morir le pidió al Papa Urbano que convirtiera su hermosa casa en un templo para orar, y así lo hicieron después de su martirio. Antes de morir, había repartido todos sus bienes entre los pobres.

La santa, conocida por ser la patrona de los músicos y de nuestra ciudad, fue una mártir de la iglesia cristiana primitiva, que tocaba el órgano y cantaba. En honor de ella, todos los 22 de noviembre se festeja el Día de la Música.
La catedral de la ciudad lleva el nombre de San Pedro y Santa Cecilia. Originalmente su nombre era San Pedro, y en 1912 pasó a llamarse parroquia de Santa Cecilia. En 1924, dedicada ya a ambos santos, fue nominada basílica menor. En 1957 se creó la diócesis de Mar del Plata y el templo se constituyó en catedral, porque ahí está la cátedra del obispo, con la denominación actual.
La diócesis de nuestra ciudad celebrará la misa a las 19 y estará presidida por el obispo diocesano, monseñor Gabriel Mestre, junto con el clero local. Durante la celebración, se anunciarán los nombres de quienes ingresan al seminario el próximo año 2020.

Fuente: Redacción