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Le dijo que no y casi la ahorca dentro de un bar

Publicado el dia 24/07/2017 a las 20h00min
Un caso de violencia de género se produjo en la noche del sábado en una cervecería de calle Alvarado y Mitre

Un caso de violencia de género se produjo en la noche del sábado en una cervecería de calle Alvarado y Mitre cuando un hombre de 27 años agredió físicamente a una mujer luego que esta lo rechazara y le exigiera que dejara de molestar.

El incidente se registró en Bluhen y el agresor identificado como Agustín Ficicchia fue detenido por la policía y al declarar ante el fiscal se mostró arrepentido por lo sucedido y afirmó que actuó bajo los efectos del alcohol.

Finalmente, recuperó la libertad por no contar con antecedentes policiales aunque se le formó una causa por “lesiones leves”.

Por su parte, la víctima, Magdalena Bonavetti, narró lo sucedido a través de su cuenta de Facebook y el caso tomó repercusión nacional y se viralizó.

En tanto, los dueños del lugar también usaron las redes sociales para difundir un comunicado donde destacaron “queremos solidarizarnos con la señorita Magdalena Bonavetti y su amiga, en relación a la situación insólita de violencia sufrida la noche del 22 del corriente en nuestro local, por parte de personas inadaptadas, violentas e irrespetuosas”.

“Es nuestra intención generar día tras día un ambiente seguro, cálido y relajado para que nuestros clientes disfruten con la mayor tranquilidad posible. Reiteramos nuestra solidaridad , quedando a entera disposición para lo que necesiten. Nuestras cámaras de seguridad están a su disposición, y esperamos que la justicia actúe de forma rápida y eficaz. Por nuestra parte, el responsable tendrá la entrada prohibida a nuestro local para siempre“, resaltaron.

A continuación lo narrado por la joven:

Nunca dimensionas la gravedad de lo que está pasando hasta que te pasa a vos. Lo intentás, lo sé. Pero no sabes lo terrible que se siente. Anoche salí con mi amiga a tomar algo a Blühen, en Mitre y Alvarado. Llegamos tipo diez de la noche. A mi derecha había una mesa con tres flacos entre 24 y 28 años. Se pusieron densos. Esperaban que una de las dos fuera al baño para “aprovechar”. Así, desde que llegamos… Las mujeres, posta, estamos ‘bastante acostumbradas” a lidiar con estas situaciones. Siempre algún boludo se quiere pasar de vivo a ver si engancha. De verdad que a estos pibes los tratamos con mucho respeto, pero siempre marcando que no, que no queríamos fumar con ellos, que no queríamos ir a ningún lado con ellos, que queríamos estar solas y charlar entre nosotras porque así estábamos bien y que nos disculparan. No les gustó. Siguieron insistiendo.
Uno, esta porquería de persona, me dice “están tan buenas que intimidan” y me agarra. Le quito la mano. Le pido por favor que dejen de molestar, ya harta, y que se de vuelta de una vez. Mi amiga, lo mismo. El chabon se para, se pone frente con frente con mi amiga, cual jugador de fútbol enojado, y le quiere pegar. En esos microsegundos, lo agarro del hombro para evitar que le pegue a ella y ver si podía hablar con él. Con ese envión, me agarra del cuello y me empieza a ahorcar. Sí, adentro de Blühen. Sí, adelante de todos. Me baja de la banqueta del cuello y me seguía ahorcando en el piso. Percibí esa caída como si durara cinco horas, no me entraba más aire. Quise llevarme las manos a la garganta para sacármelo pero los brazos ya no me respondían. Los ojos se me estaban cerrando. Pensé que me iban a matar. Por suerte estaba lleno de gente de esa que vale la pena, y entre un par me lo pudieron sacar de encima. Todavía no caigo. Lloré y me abracé de todo el mundo que venía a consolarme. Abracé a mi amiga como nunca. 
Llegó la policía y se lo llevaron. Hice la denuncia. Pedí una ambulancia en el lugar porque me duele mucho el cuello y no podía tragar bien, pero sabés qué? No cuenta con asistencia médica”.

Fuente: Punto Noticias