Isabella Fraternali es la presidenta del Centro de Estudiantes de la Escuela Municipal de Arte Dramático (Emad), y la cara visible, en la actualidad, de una lucha histórica que aúna a toda la comunidad educativa que tiene un solo cometido, un edificio propio para el establecimiento.

El conflicto es de origen. En 1979 el exintendente, Mario Russak, estableció la formación del centro educativo en un edificio alquilado. A lo largo de las diversas intendencias hubo distintas propuestas para construir “la casa propia”, pero ninguna prosperó.

Isabella tiene 26 años, ingresó a la Institución en el 2018 con pleno desconocimiento de su existencia. “Fue más que nada una acción y actividad de búsqueda”. Su energía está puesta en saldar una deuda de hace 42 años, y afianzar la identidad institucional y cultural de todos los y las integrantes de la Emad.

“La Secretaría de Educación todavía no comunicó oficialmente la fecha exacta en la que vence el contrato de alquiler. Se presupone que puede ser a finales de este año o mediados del año próximo. La intención de la locataria es no renovar y vender el espacio”, manifestó Fraternali, tras reunirse con Sebastián Puglisi, secretario de Educación de General Pueyrredon.

Según Fraternalli, obtuvieron dos únicas respuestas por parte de Puglisi, quien les advirtió que no es la única institución en la ciudad en esta situación. A sabiendas, que la prioridad son los centros de estudios obligatorios, y la Escuela Angelina Pagano, es terciaria y artística, por ende, requiere un presupuesto mayor que el Municipio no dispone.

“La respuesta inmediata fue que buscáramos nosotres el espacio para alquilar y que luego lo presentemos. La general, fue el otrora proyecto mesiánico del Corredor de las Artes, que no es mala idea, pero no se puede llevar a cabo desde la inmediatez.

Se propuso elevar el proyecto a la Comisión de Economía y Hacienda, para que Educación solicite los fondos necesarios para el Presupuesto 2023 o 2024”, precisó la dramaturga.

Irrisoriamente, el espacio destinado para la construcción del edificio es junto a la Escuela Municipal de Danzas, en terrenos que hoy son parte de una plaza pública.

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En 2010, el Honorable Concejo Deliberante de General Pueyrredon sancionó la creación del “Corredor de las Artes”, un polo artístico y cultural comprendido por el Espacio Cultural Unzué y el Museo de Arte Contemporáneo, donde se sumaría el nuevo edificio de la Escuela de Arte Dramático Angelina Pagano.

El proyecto impulsado por la exconcejala, Leticia González, al día de hoy, no fue concretado por ningún gobierno local.

En 2013, el Concejo aprobó por unanimidad la iniciativa del Ejecutivo, por ese entonces, a cargo del exintendente, Gustavo Pulti, quien cedió un terreno lindero a la Vieja Usina del Puerto, predio fiscal ubicado entre las calles Rondeau, Irala, Ayolas y Posadas, con el objetivo de construir una sede para la institución.

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“Debajo del terreno otorgado no se pueden construir cimientos porque hay tanques de combustibles que no se pueden retirar por peligro de explosión”, sentenció Isabella, estudiante de último año de Profesorado de Teatro.

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Ya en 2015, a pocos meses de finalizar su segundo mandato y tras enérgicos reclamos por parte de la comunidad educativa, Pulti volvió a impulsar la edificación de la sede y dio especificaciones sobre el proyecto, a cargo del arquitecto Martín Rosales, que nunca se materializó por falta de presupuesto.

Los medios para buscar soluciones posibles fueron ilimitados, a tal punto de ocupar la banca número 25 del Concejo Deliberante. En 2018, Sandra Othar, Directora de la Escuela Angelina Pagano, hizo uso de su derecho y visibilizó, una vez más sin éxito, la problemática.

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“No buscamos un culpable ni queremos ponernos en contra de nadie, al contrario, queremos la mejor solución posible para nosotres, para Mar del Plata, y toda la comunidad aledaña que concurre a la institución”, añadió Fraternali.

Actualmente, la Escuela de Arte Dramático funciona en calle Necochea 3672. Comparte su sede con el Instituto Superior de Formación Docente Almafuerte, y posee anexos otorgados por falta de capacidad, a cambio de una remuneración, por la Red de Salas Teatrales Independientes y el teatro Radio City + Roxy + Melany, donde se dictan materias prácticas.

El abandono personificado

A falta de edificio propio, el estudiantado lidia con la precariedad de las instalaciones y las dificultades económicas al momento de transportarse de un espacio a otro durante el día para continuar con los estudios.

“Excepto un aula que se aclimató con el presupuesto de la cooperadora, el resto no deberían estar aptas para el ejercicio de ningún tipo de educación. Hay salones que se inundan cuando llueve y que tienen vigas en el medio que dificultan el trabajo. No hay salida de emergencia. Ante una situación de riesgo no hay forma de salir del tercer piso a planta baja”, sentenció Santiago Horianski, representante del Consejo Académico Institucional por el claustro estudiantil.

“La respuesta oficial es que no pueden poner parte del presupuesto educativo en un edificio que es propiedad de un privado”, exclamó la presidenta del Consejo Estudiantil, a lo que agregó: “Es muy molesto que la Emad sea el glorioso proyecto de un montón de fuerzas electorales locales, que lo único que hacen es dilatar el reclamo histórico en la última palabra, histórico”.

Inclaudicable la lucha de toda una comunidad educativa postergada hace 42 años con falsas promesas y usada electoralmente por diversos colores políticos que gobernaron la ciudad. Ciudad que se jacta de ser la capital del espectáculo por excelencia, y a la hora de tenderles una mano a los futuros actores, actrices y docentes, se les da la espalda, dejándolos sin lugar y sentido de pertenencia.