Con cuatro funciones a sala llena, se presentó en la sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium, la obra “El viaje- Atlas de celebraciones”, el Festival Anual organizado por el Colegio IDRA.Una historia protagonizada por los chicos de nivel inicial y primario, con la colaboración de alumnos de secundaria, y la participación de actores, músicos y bailarines profesionales.
¿Cuál es la mejor manera de celebrar un cumpleaños? Una tía y su sobrina ingresan a las páginas de un libro para viajar por las mejores celebraciones del mundo en busca de una respuesta, mientras el tiempo (siempre corriendo, por supuesto) las persigue apurándolas. En cada número los niños de los distintos grados, junto a docentes y jóvenes artistas van tiñiendo el escenario con el color y la alegría de los distintos puntos cardinales.
La dirección general y puesta en escena de la obra estuvo a cargo de Alejandra Pache, quien además, junto a Graciela Larrieu, fue la guionista de esta historia. En los papeles protagónicos,Yanina Ispizua (la tía), Victoria Porto y Francesca Mulieri (Matilda) y Matías Falacara (El Tiempo). Los acompañaron artistas invitados, como los músicos Tomás Romero, Luciano Ferro, Giuliana Marchello, Paloma Popovich y Santiago Castiñeiras, los bailarines Ángeles Verón, Facundo Santillán, Jesica Arias, Florencia Morcia y Micaela Spoto, y la acróbataSofia Paolicchi. La dirección actoral de Sol Villareal, las coreografías y preparación de alumnos de Ángeles Verón, con la colaboración de los profesores Andrea Vera, Marcela Andreatta, Micaela Antúnez, Cecilia Paolini, Belen Vignolo, Luciano Ferro, Jesica Arias y Virginia Zamora. Los chicos del Taller de Clown, estuvieron de la mano de sus profes Yanina Ispizua y Sofia Kaucic, el diseño y gestión de vestuario de Laura Romeo y Virginia Zamora;el diseño y realización de escenografía y utilería de Dolores Pasolini, Valeria Daquino y Luis Cristini, con la colaboración de Isabel Chabert y Jorge Oliva. Además, las ilustraciones y pantallas estuvieron a cargo de Dolores Pasolini, David Espinosa y Luis Cristini.
La obra tuvo varios espectáculos a la vez: el cuento que se desarrollaba en el escenario se complementó con las miles de historias pequeñas del detrás de escena, donde maestros y alumnos compartían el brillo ilusionado y ansioso antes de salir a actuar, y padres y amigos seguían cada detalle con idéntico entusiasmo. La alegría y la magia del teatro fue contagiosa y dejó en cada uno de los presentes la certeza de una respuesta: lo más lindo de la vida (y de cualquier celebración) es compartir tiempo con quienes amamos.
