Antes que nada, quiero expresar la alegria de volver en esta columna que esperamos perdure y que sirva a la gente sigue a esta pagina. Hablaremos en cada ocasión de diversos temas juridicos que interesan a la gente y que son de la vida cotidiana. Tratando de tener un lenguaje simple y entendible para el lector. Estamos viviendo una época de crisis tanto en nuestro país como en nuestra ciudad. Y uno de los flagelos que Mar del Plata tiene es la desocupación, siendo la ciudad feliz, la que tiene desde hace muchos años la mayor desocupación. Existe en Mar del Plata una gran cantidad de trabajo sin registrar o como se conoce vulgarmente como trabajo en negro, tanto de forma total como de forma parcial. Esta falta de registracion o trabajo en negro es la principal causa de conflictividad laboral y que conduce a tener que llevar adelante un juicio laboral para que el trabajador cobre lo que por derecho le corresponde. Lamentablemente hace pocos días el Sr. Presidente de forma muy equivocada sostuvo que existe una supuesta industria del juicio y una supuesta mafia que denuncio al pasar pero que no especifico ni denuncia ante la justicia (escondiendo el fin principal que es ni mas ni menos que una flexibilización laboral para despues de octubre). Esto es totalmente falso y en realidad se oculta la verdadera causa de la gran cantidad de juicios laborales que es la presion impositiva de las pymes, dicho de otra manera, la cantidad de impuestos que tienen que pagar las pymes como ganancias, IVA, bienes personasles, ingresos brutos, Tasa de Servicios urbanos, tasa de seguridad e higiene, tasa de publicidad, permisos para vender alcohol, para transportar mercaderias, impuesto inmobiliario y cargas sociales y patronales. Esto hace que el empresario pyme trate de ahorrar o achicar costos, teniendo a los empleados en negro, pero esto trae indefectiblemente aparejado que cuando un trabajador termine el vinculo con su empleador por la causa que sea, en la mayoria de los casos se termine por parte del trabajador en un reclamo judicial o juicio, ya que el empleador no reconoce que lo tuvo en fraude a la ley y al trabajador no le queda otra que ir a juicio para poder cobrar. Eso sin perjuicio de que en un contexto inflacionario al empresario también le conviene ir a juicio ya que los créditos del trabajador no se actualizan en el tiempo y a los 3 o 4 años de finalizado el vinculo laboral, el empresario termina pagando las indemnización a valores atrasados. Esto se demuestra en el hecho de que las grandes empresas que tienen a los empleados totalmente blanqueados, cuando finaliza el vinculo laboral tienen una muy baja conflictividad judicial. En definitiva, el mensaje que quiero dejar es muy simple y es que el trabajador no tenga miedo a reclamar por sus derechos, porque el derecho que se pierde es el que deja de ser reclamado. Muchas veces los trabajadores tienen miedo, no quieren quedar mal, les da cosas pedir por lo que es de uno, pero tienen que tener en cuenta que del otro lado no le estan cumpliendo y que no les da ninguna vergüenza ni ningún problema no hacerlo. Por eso siempre el laburante tiene que asesorarse y preguntar a su abogado de confianza. El trabajador tiene un beneficio o derecho muy importante que es la gratuidad tanto en el procedimiento como en la consulta con el profesional. Nada se pierde preguntando y averiguando sobre lo que a uno le corresponde, sino todo lo contrario, se pueden obtener los beneficios legales y se puede hacer un poco de justicia, eso que tanto notamos que falta en nuestro país.