La boca abierta, los labios estirados, ojos relajados, las orejas para atrás, y moviendo todo el cuerpo. Todos los que vemos a nuestro peludo en esta situación pensamos que está feliz, y llegamos a interpretar en su cara una sonrisa casi humana, ¡y no estamos equivocados! Al convivir con nosotros tanto tiempo, hemos aprendido a entendernos mutuamente, y a leer cada uno los gestos del otro. Ellos, los peludos, ¡han aprendido incluso a imitarlos! Como ocurre con los humanos, hay diferentes tipos de sonrisa canina, y seguro que has visto unas cuantas en tu perrete. Cuando los perros sonríen, algunos muestran solo los dientes retrayendo el hocico, de manera relajada pero desbordando alegría por encontrarse con su humano, o cuando algo llama su atención o le parece divertido, mientras que otros muestran sencillamente una expresión relajada en la boca, abierta y estirada hacia los laterales. Pero ¿sabías que los perros sonríen solo a los humanos y no a otros perros? Entre ellos cuentan con otros métodos de comunicación, pero como consecuencia de la domesticación, nuestros compañeros han aprendido a establecer un canal de comunicación perro-humano con gestos específicos, ¡y han aprendido a sonreírnos! Esta conexión es de las más poderosas que existe entre especies. Así que sí, confirmado, ¡tu perro y tú tenéis un vínculo más que especial!

LOS DATOS CIENTÍFICOS

Tan complejo es el rostro perruno y sus expresiones, que son muchos los especialistas que se han dedicado a estudiarlo. Investigadores del Reino Unico han creado incluso un sistema, conocido como “dog facial action coding system” (sistema de codificación de la acción facial en perros) para registrar sus movimientos y estudiar las emociones vinculadas a cada uno. Pero no solo los perros sonríen, ¡también se ríen a carcajadas! Muchos investigadores han sentido curiosidad por este fenómeno, entre ellos la etóloga y experta en comportamiento canino Patricia Simonet, que descubrió que los perros, cuando juegan con otros amigos peludos, en su máximo momento de felicidad, no suenan igual. Apuntó que, mientras correteaban unos con otros, el jadeo era diferente, y que con este tipo de sonido, el resto de perros se mostraba más juguetón y alegre. “Para un oído humano no entrenado, la risa del perro emitiría un sonido similar a un hhuh, hhuh”, dice Simonet. Además, reprodujo la cinta con estos sonidos para un grupo de 15 cachorretes, y para su sorpresa, reforzando su teoría, ¡se volvieron locos de alegría!