Milena tiene 17 años, es marplatense y fue diagnosticada con sarcoma de Ewing, un cáncer “poco frecuente y agresivo”. Actualmente es tratada en Capital Federal, en el Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez, desde octubre del 2021.

“A través de una resonancia se pudo ver el tumor que nacía desde el músculo psoas hasta las vértebras, queriendo entrar al canal medular”, indicó Paula, mamá de Milena.

Sus padres no tienen obra social y Milena debía ser atendida en el Hospital Interzonal General de Agudos, donde uno de los oncólogos le aconsejó el traslado a la Ciudad de Buenos por tratarse de una cirugía compleja -con el agravante de ser paciente con diabetes tipo 1- y por las demoras en el nosocomio.

La primera operación se produjo en el Hospital San Martín de La Plata, donde le realizaron la biopsia y el diagnóstico. Terminado el primer paso, la familia retornó a la ciudad y, una vez más, los profesionales de la salud reafirmaron la urgencia del traslado a la Ciudad de Buenos Aires, debido a que necesitaba de un equipo especializado por el tipo de cáncer que tiene.

“La última operación para extirpar el tumor fue en mayo y, gracias a Dios, la quimioterapia funcionó porque se disolvió, pero debe continuar con tratamiento de rayos”, expresó Paula.

A pesar que la cirugía fue exitosa, el temor está a flor de piel. Las células cancerígenas están latentes y el equipo de salud le adelantó a Paula que “se trata de un cáncer muy agresivo y predispuesto a volver”. Mile y su familia son conscientes que hay un largo camino para conquistar el alta médica definitiva, pero aun así, cada batalla diaria se celebra como una guerra ganada.

Los papás y el hermano de Milena debieron mudarse de su hogar del Puerto para poder acompañarla, y necesitan de la solidaridad de la gente para costear gastos de hospedaje y aquellos que se desprenden del tratamiento, debido a que el hospital no brinda alojamiento.

“Como padres estamos limitados para conseguir trabajo porque son constantes las internaciones. Estamos alquilando y no tenemos ingresos de ningún tipo, solo ayuda de nuestra familia”, manifestó Paula.

Desde la Municipalidad –hasta el momento- no se contactaron con la familia para ponerse a disposición. “El servicio social de la ciudad de Buenos Aires se comunicó con el de Mar del Plata, pero no nos brindó ningún tipo de ayuda”, lamentó Palacios. Es por eso, que la visibilidad de la causa es clave, como así también, el aporte económico de las personas.

La fuerza interior de Mile es inagotable, a pesar de las continuas sesiones de radioterapia, que la dejan muy cansada, se hace espacio para continuar su formación académica con los profesores de la escuela hospitalaria. Formación que nunca descuidó desde que se vio obligada a dejar el colegio Sagrada Familia.

“Aún no sabemos cuántos meses nos deparan, con esto nunca se sabe. Los médicos no nos dicen para no crearnos falsas expectativas”, finalizó Paula Palacios.

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